Criterio 1. De las 36 especies registradas en el área, cuatro se consideran amenazadas y una bajo protección especial de acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2010. Se ha registrado una especie endémica para Yucatán (Rhogeessa aeneus). Aún no existen datos suficientes sobre las especies potencialmente migratorias.
Criterio 2. El área incluye importantes humedales, así como varios tipos de vegetación tales como: manglares, selvas secas bajas y medianas, tintales, dunas costeras, sabanas y relictos de selva espinosa, vegetación altamente perturbada en el estado de Yucatán. Aunado a estos ecosistemas, encontramos los petenes que son islas de vegetación con especies características de selva mediana en medio de una matriz de manglares y/o pastizales, en cuyo centro se encuentra un cuerpo de agua denominado cenote. Estos ecosistemas, junto con las selvas secas son ampliamente utilizados por los murciélagos como sitios de refugio, fuente de alimentación y reproducción. Aunque casi en su totalidad el área propuesta se encuentra protegida, gran parte de esta zona ha sido convertida a la ganadería, perdiendo con ésto una gran proporción de las selvas secas y manglares de la región. Asimismo, se ha considerado a la zona como un área potencial para el establecimiento de parques eólicos, lo que provocará un importante impacto para las poblaciones de murciélagos, principalmente para las especies insectívoras. Actualmente existe una importante expansión urbana en estas zonas, principalmente para realizar actividades turísticas. Otros impactos negativos han sido la extracción forestal, quemas incontroladas en las selvas y contaminación de suelo y agua.
Criterio 3. El área cuenta con una riqueza de 36 especies registradas. Esta representa el 89% de las especies que se registran para el estado de Yucatán, y el 53% de las especies de la Península de Yucatán.
El área propuesta se encuentra ubicada en la provincia fisiográfica denominada Región Peninsular Yucateca, en la subprovincia de la Llanura Kárstica y subdivisión de Zona de Costa, que abarca la porción norte de la Península. Esta provincia se caracteriza por ser una plataforma caliza (rocas calcáreas marinas) formada de rocas sedimentarias cretácicas que descansan en formaciones terciarias. En ella no existen corrientes superficiales y el agua al filtrarse forma un manto freático de poca profundidad compuesto por grutas, corrientes subterráneas, cenotes y aguadas. Se encuentra en una zona asísmica, por lo cual los temblores son raros o desconocidos. La plataforma que conforma a esta provincia se considera parcialmente emergida. La plataforma sumergida es amplia y somera, y forma el banco de Yucatán-Campeche que corresponde a la porción de la plataforma masiva carbonatada de la península (CNA, 2002).
La topografía del área se caracteriza por relieves planos o casi planos, con ligeras pendientes que permiten considerarla uniforme. En la porción sur, se localizan los únicos lomeríos que alcanzan los 5 o 10 msnm. Estas pequeñas variaciones topográficas son de gran importancia para la hidrodinámica superficial y la distribución de la vegetación. Como en el resto de la región, existen dolinas, cenotes, microcúpulas kársticas, lagunas y llanuras de inundación, estas últimas tienen dimensiones de metros hasta kilómetros y presentan formas circulares, alargadas o irregulares (Valdés et al., 1992; CNA, 2002).
La vegetación presente en el área es selva baja y mediana, sabanas, dunas costeras, manglares y petenes.
Las selvas secas se caracterizan por perder del 25 al 100% de sus hojas durante la época seca del año, pueden ser selvas bajas donde los árboles pueden alcanzar una altura promedio de 8 a 12 m, o medianas donde los árboles más altos pueden presentar alturas de hasta 25 metros. Entre las especies representativas de la selvas están: Ceiba aesculifolia, Bursera simaruba, Manilkara zapota, Cedrella mexicana Brosimum alicastrum, Metopium brownei y Lysiloma latisiliquum, además de numerosas palmas como son Thrinax radiata, Sabal japa y Roystonea regia o palma real.
Las sabanas de esta región son las únicas dentro de algún área natural protegida en México. Es un tipo de vegetación dominado por árboles dispersos. El suelo es inundable en la época de lluvia y está cubierto por gramíneas y ciperáceas. Es un ecosistema muy favorecido por los venados y otros herbívoros. Las especies arbóreas más notables son: el nanche (Byrsonyma crassifolia), el jícaro (Crescentia cujete) y la palma (Acoelorraphe wrightii), entre muchas otras.
La vegetación de dunas ocupa la barra litoral y presenta especies en peligro de extinción como: la las palmas Pseudophoenix sargentii y Cocothrinax readii, así como especies endémicas Echites yucatanenses y Sebastiania adenophora. Esta vegetación de duna costera difiere de las demás costas del país por el clima semiárido y por la mezcla de las especies de manglar y selva baja. Como especies pioneras están presentes: la riñonina (Ipomoea pes-caprae) y la verdolaga de playa (Sesuvium portulacastrum). Entre las especies más comunes del matorral están: Caesalpinia vesicaria, Bravaisia berlanderiana, la uva de mar (Coccoloba uvifera), Thrinax radiata y Pseudophoenix sargentii.
El manglar está compuesto principalmente por cuatro especies que varían en altura, composición y estructura, como resultado de las condiciones hidrológicas. Esta vegetación se encuentra permanentemente inundada por agua salada y está expuesta a la acción directa del oleaje. Es una comunidad muy densa, con altura entre 8 y 12 m. Las especies más comunes son: Rhizophora mangle (tabche’ o mangle rojo), Avicennia germinans (mangle negro), Connocarpus erectus (kanche’ o botoncillo). Aunque menos abundante también se presenta el mangle bobo o blanco (Laguncularia racemosa).
El petén que en maya significa isla, se puede definir como una formación geomorfológica ocupada por comunidades de diferentes tipos de vegetación. Esta asociación se presenta como islas de vegetación arbórea inmersas en una matriz de humedales y se establecen en torno a cuerpos de agua dulce o salobre del manto freático, los denominados cenotes o manantiales, por su continuo aporte de agua y nutrientes. Las condiciones hidrológicas de los petenes determinan de manera importante las características bióticas de la comunidad. El aspecto más aparente de los petenes es el cambio en la altura de la vegetación, lo cual está asociado con la afluencia de agua proveniente del manto freático, con la elevación del terreno y con el cambio en la composición y estructura de la vegetación, siendo la riqueza florística de los petenes y su diversidad superior a la vegetación circundante, además de que sus árboles presentan alturas entre 20 y 25 metros. Algunas de las especies representativas de los petenes son: Rhizophora mangle, Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Manilkara zapota, Ficus spp., Swietenia macrophylla, Tabebuia rosea, Roystonea regia, Sabal yapa, Metopium brownei y Bursera simaruba.
El AICOM propuesta comprende cuatro áreas naturales protegidas a nivel estatal, federal y privado, por lo que las autoridades de los gobiernos municipal, estatal y federal, así como el privado estarán involucrados. Asimismo, estarán involucradas diferentes instituciones educativas tales como la Universidad Autónoma de Yucatán, Universidad Veracruzana, Instituto Tecnológico de Tizimín, así como organizaciones no gubernamentales tales como Pronatura-PPY y Niños y Crías.
Al ser un conglomerado de áreas naturales protegidas, cuentan con programas de Manejo, en los cuales se promueven las actividades de investigación y educación, así como de vigilancia. Asimismo, la Universidad Autónoma de Yucatán y el Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana llevan a cabo proyectos de investigación en el área, así como prácticas de campo como parte de los programas de estudios a nivel de licenciatura y posgrado. Estas actividades se continuará en el área, así como las relacionadas con educación ambiental a diferentes niveles de escolaridad y público en general.