Ébola, el balance entre la salud humana y ecosistémica
Andres Moreira-Soto.Laboratorio de Virologia, Universidad de Costa Rica; Programa de Conservación de los Murciélagos de Costa Rica.
Bernal Rodríguez Herrera. Escuela de Biología, Universidad de Costa Rica; Programa de Conservación de los Murciélagos de Costa Rica
Luis R. Viquez-R, Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México; Programa de Conservación de los Murciélagos de Costa Rica
Rodrigo A. Medellín, Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México; Programa de Conservación de los Murciélagos de México.
Los brotes de enfermedades emergentes han tomado gran atención en los medios de comunicación en los últimos años; el más reciente de estos desafortunados episodios se ha desatado en las últimas semanas en el oeste de África. Un brote de Ébola está tomando fuerza en esta zona, específicamente en Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona. Este brote es el más grande registrado en la historia desde que la enfermedad fue descubierta en 1976 en la ahora República Democrática del Congo (antes conocida como Zaire).
A la fecha se han diagnosticado más de 1700 casos, y con una mortalidad de entre 40 y 90%. El Ébola pertenece a un grupo de enfermedades conocido como emergentes, la mayoría de las cuales han surgido desde un reservorio animal. Gracias a los estudios de ecología de enfermedades, hoy en día sabemos que los murciélagos y varios otros mamíferos pueden funcionar como reservorios del virus. Sin embargo, el virus no parece producir una fase clínica en los murciélagos.
Algunos murciélagos frugívoros como Hypsignathus monstrosus, Epomops franqueti, y Myonycteris torquata han sido considerados como posibles reservorios1, pero no se tiene muy claro cómo mantienen los ciclos enzoóticos (es decir, el ciclo de la enfermedad dentro de un grupo de especies en un lugar específico) y como se da la transmisión entre murciélagos.
Es completamente injustificado señalar a los murciélagos como los culpables de este nuevo brote. Para que pudiera culparse a un murciélago de este brote, tendría que haber evidencia empírica clara de que un murciélago infectado podría volar 3,200 km desde la R. D. del Congo a Guéckédou, Guinea, transportando así el virus, después este animal tendría que haber sido sujeto de cacería y alimentación por humanos o haber defecado sobre algún cerdo u otro animal que posteriormente sería consumido por humanos.
Además, es muy conocido el tráfico ilegal de carne de monte, incluidos gorilas y bonobos, proveniente de la R. D. Congo hacia Guinea y otros países de África occidental. Es mucho más plausible la hipótesis de que un cargamento de contrabando de esta carne que incluyó restos de un animal infectado, sea el origen del brote en el sureste de Guinea y de aquí por contagio entre humanos se haya extendido aún mas.
Los estudios genéticos publicados recientemente sitúan el virus en un linaje conocido descrito de la R. D. Del Congo2, por lo que no parece ser un virus novedoso y divergente como ha sido el caso cuando otros virus han hecho un salto de hospedero desde ancestros virales de murciélago. Estudios como el mencionado favorece la teoría de que primates no humanos puedan ser el origen del brote. Otro de los puntos que favorece esta teoría tiene que ver con la cercanía filogenética entre estos primates y nosotros, los humanos. Es mucho más sencillo para el virus hacer salto de hospedero si la relación filogenética de los hospederos es más cercana.
A pesar que es importante conocer el origen de los brotes para su control y erradicación, la dinámica de surgimiento de estas enfermedades obedece a puntos más importantes en donde el comportamiento humano es un eje medular. Por ejemplo, los mercados donde se vende todo tipo de carnes exóticas son reconocidos sitios en donde enfermedades como la influenza aviar y el coronavirus SARS han surgido en el pasado. La deforestación y la usurpación de hábitat por parte del ser humano es otro punto que favorece el contacto entre animales susceptibles y reservorios. En Nigeria inclusive se ha reportado la prohibición de la caza de animales silvestres y otras actividades de recreación (International SOS.com) con el objetivo de controlar el brote.
La Organización Mundial de la Salud ha emitido recomendaciones de emergencia y se están redoblando los esfuerzos para contener el avance del brote. Se puede seguir buscando el origen del brote, pero el destruir o diezmar poblaciones de murciélagos no resuelve nada y ha demostrado ser perjudicial hasta para una de las enfermedades donde se hace con regularidad como lo es la rabia3.
1 Leroy EM, Kumulungui B, Pourrut X, et al. 2005. Fruit bats as reservoirs of Ebola virus. Nature 438:575-576
2 Dudas G, Rambaut A. 2014. Phylogenetic Analysis of Guinea. EBOV Ebolavirus Outbreak. PLOS Currents Outbreaks.
3 Streicker, Daniel G et al. 2012. Ecological and anthropogenic drivers of rabies exposure in vampire bats: implications for transmission and control. Proceedings. Biological sciences / The Royal Society 279 (1742):3384-92