Programa para la Conservación de los Murciélagos de México.
Durante los últimos años en Sonora se han estudiado varias cuevas y minas abandonadas con el fin de estudiar sus características abióticas y biológicas. De la Fuente (2019), determinó que las minas abandonadas, sin importar su tamaño, son importantes ecológicamente como refugio para varias especies de murciélagos, entre ellas el murciélago trompudo, Choeronycteris mexicana, polinizador de varias plantas, especiamente de los géneros Agave, Ceiba, Ipomoea, Lemaireocereis y Myrtillocactus. A su vez, Ramírez (2019) determinó que la especie Leptonycteris yerbabuenae también utiliza minas abandonadas como refugios de transición a lo largo de su ruta migratoria en Sonora, además de los refugios de maternidad ya registrados (Ceballos et al., 1997).
La Cueva de la Mariana alberga el 20% del total de especies de murciélagos para el estado, es decir ocho especies de un total de 38 (Calva, 2017). Esto la convierte en la cueva con mayor diversidad de estas especies observadas por el Grupo Pionero Espeleológico de Sonora. Entre estas especies, podemos encontrar colonias de L. yerbabuenae, conformadas por hembras preñadas, crías, y volantines desde el 2016 en los meses de abril a junio. Estas observaciones no se han publicado, por lo que GPES tiene el interés de continuar con los monitoreos que permitan publicar el uso de refugio de L. yerbabuenae dentro de esta cueva, y contribuir al conocimiento de esta especie, su ecología y su ruta migratoria.
Por otro lado, el murciélago de cola libre o guanero, Tadarida brasiliensis, también utiliza la cueva como refugio de maternidad durante los primeros meses de la primavera, albergando a casi medio millón de individuos (Calva, 2017). Asimismo, Calva (2017) subraya la importancia de los murciélagos en la fauna cavernícola, concluyendo que el guano de insectívoros enriquece y aumenta la abundancia de especies que habitan en la cueva. Por lo tanto, la alteración o eliminación de las poblaciones de murciélagos podría llevar a la extinción de sus especies registradas.
Por otra parte, las cuevas han sido objeto de destrucción y perturbación por parte del humano, ya sea con intenciones de obtener un beneficio económico de ellas o de dañar directamente a las poblaciones de murciélagos (Cockrum, 1991; Ramírez, 2019), a lo cual las convierte en hábitats vulnerables. En años anteriores, la Cueva de la Mariana fue utilizada para la extracción de guano. Para esto, se perforó una sección de la cueva y se construyó una entrada artificial, alterando las condiciones naturales de la cueva. De acuerdo con el propietario del predio donde se encuentra la cueva, los predios que se encuentran alrededor han sido perturbados con deforestación y construcción de caminos lo que pone en riesgo la conservación de la cueva y a las especies que se relacionan con ella. Así mismo, la disponibilidad de recursos para los murciélagos disminuye por la misma destrucción del hábitat.
La Cueva de la Mariana presenta una extensión de 497 m y un desarrollo vertical de 44 m. Es la cueva más extensa y con mayor desarrollo vertical que se ha reportado en Sonora. Cuenta con dos entradas, la primera con coordenadas en 29° 35' 25.9'' N y 110° 48' 8.9'' O, que corresponde a la entrada natural a una altura de 507 msnm, y una segunda entrada, creada de manera artificial y localizada a 29° 35' 27.4'' N y 110° 48' 11.1'' O, a una altura de 501 m.
La Cueva de la Mariana se encuentra en un afloramiento de rocas expuestas en la superficie correspondiente al periodo Proterozoico tardío y Cámbrico temprano (más de 500 mil años). Las rocas donde se encuentran las cuevas están compuestas principalmente por dolomías, la cual es una roca sedimentaria de origen químico (precipitación directa en suelos marinos), compuesta básicamente del mineral dolomita, cuya composición química es carbonato de calcio y magnesio (CaMg(CO3)2). La cueva se encuentra ubicada dentro de un área que ha sido afectada por una serie de fallas y fracturamientos, que permitieron la filtración de agua y la disolución de la dolomita para obtener comoformaciones kársticas (Armienta et al., 2011; Servicio Geológico Mexicano 2012).
Una gran parte de la superficie municipal está formada por mezquital, donde predomina el mezquite (Prosopis glandulosa), acacia (Senegalia greggii), huizaches (Acacia farnesiana) y brea (Parkinsonia praecox) así como la presencia en casi todo el territorio del matorral sarcocaule: palo verde (Cercidium floridum), palo fierro (Olneya tesota), torote (Bursera microphylla), cholla güera (Opuntia bigelovii), ocotillo (Fouquieria splendens) entre otros (Fernández, 2024).
Desde 2014, la Cueva de la Mariana ha sido objeto de monitoreos de diversas perspectivas biológicas. Las poblaciones de murciélagos han sido observadas tanto con fines de investigación como de educación ambiental. Se han realizado visitas periódicas a la cueva para evaluar posibles perturbaciones y determinar si las poblaciones de murciélagos han disminuido. En estos esfuerzos han participado varias organizaciones e instituciones académicas para generar proyectos a escala nacional e internacional. En su tesis de maestría, Calva (2017) llevó a cabo un inventario faunístico durante el periodo de un año, destacando la población de murciélagos, la cual está contabilizada en más de medio millón durante el verano. Además, se han producido documentales, incluyendo algunos producidos por Bat Conservation International y el documental independiente Beyond the Desert, el cual narra los descubrimientos asociados a tres cuevas de Sonora, incluyendo a la Cueva de la Mariana, enfocando la relevancia de la fauna presente, y con el objetivo de concientizar a los habitantes de Sonora sobre los ecosistemas subterráneos y sus especies.
Asimismo, se ha colaborado con instituciones educativas, desde el nivel básico hasta el universitario, impartiendo charlas, talleres y cursos para difundir información sobre la importancia de las cuevas como refugios y corregir conceptos erróneos sobre las cuevas y murciélagos, donde se ha obtenido una gran respuesta por parte de la comunidad y cada vez son más las personas y grupos interesados en aprender sobre estos temas.
En colaboración con la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (CEDES), se está desarrollando un proyecto en el noroeste de México para proteger todos los refugios que albergan al murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) y obtener la designación de esta área como espacio natural protegido a nivel estatal. Este esfuerzo busca preservar estos hábitats cruciales y asegurar la conservación de las poblaciones de murciélagos. Se prevé continuar con el monitoreo de estas poblaciones para evaluar su estado de conservación y tomar las medidas de gestión necesarias, así como actividades y programas enfocados a la divulgación y educación ambiental para el estado de Sonora.
Coordenada central: 29° 35' 25.9'' N, 110° 48' 8.9'' O.
La Cueva de la Mariana se localiza aproximadamente a 13.5 km al noroeste de San Miguel de Horcasitas y 18 km al sureste de Carbó, Sonora.
FAMILIA PHYLLOSTOMIDAE
SUBFAMILIA GLOSSOPHAGINAE
Leptonycteris yerbabuenae Martinez & Villa, 1940
Murciélago magueyero menor
Foto: Luis de la Fuente/Grupo Pionero Espeleológico de Sonora
En México, Leptonycteris yerbabuenae está catalogada como Amenazada bajo la NOM-059-SEMARNAT-2010 y como Casi Amenazada en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la IUCN, siendo la pérdida de hábitat su principal amenaza (Medellín, 2016).
Leptonycteris yerbabuenae, conocido como el murciélago magueyero menor, pertenece a la familia Phyllostomidae. Son pequeños, pesando entre 1.2 y 20 gramos, y miden de 5 a 7 cm de largo, con una envergadura de ala a ala de aproximadamente 30 cm. Se caracterizan por una hoja nasal triangular, un hocico alargado, pelaje marrón a amarillo y la ausencia de una cola conspicua (Cole y Wilson, 2006). Esta especie migratoria se alimenta de polen, néctar y frutos de plantas como Cactaceae, Asparagaceae y Bombacaceae, entre otras (Rojas-Martínez et al., 2012).
Su distribución más septentrional se encuentra en el noroeste de México, en el Desierto Sonorense, y en el suroeste de Estados Unidos, en algunas regiones de Arizona, Nuevo México y el área de Big Bend en el suroeste de Texas. Hacia el sur, se extiende hasta El Salvador (Arita, 1991; Cockrum, 1991; Ceballos et al., 1997).
Debido a su hábito migratorio, las poblaciones experimentan cambios en tamaño y composición sexual, presentando una marcada segregación sexual. Las hembras preñadas forman colonias de maternidad, mientras que los machos forman colonias separadas, compartiendo refugios machos y hembras sólo durante la temporada de apareamiento. Las hembras tienen un ciclo reproductivo anual y dan a luz a una sola cría (Ceballos, 1997; Fleming y Nassar, 2002; Galindo et al., 2004).
L. yerbabuenae muestra variaciones en su dieta a lo largo de su distribución. En Arizona y Sonora, se alimenta principalmente de polen y néctar de cactus columnares y secundariamente de Asparagaceae (Fleming y Nassar, 2002; Peñalba et al., 2006). En el sur de México, su dieta es más variada, principalmente Bombacaceae, Cactaceae, Asparagaceae, Convolvulaceae y Fabaceae (Cole y Wilson, 2006).
FAMILIA MOLOSSIDAE
SUBFAMILIA MOLOSSINAE
Tadarida brasiliensis I. Geoffroy, 1824
Murciélago guanero de cola libre
Foto: Michael Durham/Bat Conservation International
Este murciélago es relativamente pequeño, con una longitud total que varía entre 9 y 10 cm y un peso de entre 9 y 15 gramos. Su pelaje es corto y de color marrón oscuro en el dorso, mientras que el vientre es ligeramente más claro. Sus orejas son anchas y separadas, no superando la punta del hocico cuando se extienden hacia adelante. Además, posee una cola libre que sobresale del uropatagio (Wilkins, 1989).
Esta especie tiene una amplia distribución en el continente americano, desde el sur de Estados Unidos hasta el extremo sur de Argentina, aunque su presencia en Argentina es muy ocasional. En Norteamérica, la migración de este murciélago ocurre entre febrero y marzo, cuando las colonias se desplazan hacia el sur de Estados Unidos para reproducirse, regresando a México en agosto y septiembre (Villa & Cockrum, 1962).
Esta especie forma grandes colonias que pueden contar con miles o incluso millones de individuos, ocupando diversos tipos de refugios como cuevas, grietas y minas abandonadas, que pudieran desaparecer si tan solo un refugio es destruido. Al ser insectívoro y formar colonias tan numerosas, desempeña un papel crucial en el control de plagas de insectos, beneficiando tanto al ecosistema como a actividades agrícolas (López-Vidal, 2004).